lunes, septiembre 06, 2010

Carta al mundo irreal



Y de repente, la máquina se hizo persona. Los cables se convirtieron en venas y los impulsos de corrientes eléctricas se transformaron en latidos del corazón y sentimientos que, en lugar de llegar al procesador, llegaban al alma. Los botones de control ya no estaban por fuera, ni encima de mi pecho. Ahora permanecían en mi interior, de manera que ya  no podía controlarlos, ya no podía elegir cuando apagarme y cuando encenderme. También me di cuenta de que aquella sensación que sentía cuando mis tuercas iban mal, es una sensación análoga a la que ahora siento cuando mis ojos se empapan de un agua que, al parecer, los humanos suelen llamar ‘lágrimas’, ya que, además, puedo sentir dolor y satisfacción al mismo tiempo. He descubierto algo que desconocía: “alegría”. Es admirable sentir como, sin quererlo, las facciones de mi cara cambian al ver una persona, o simplemente sentir que las cosas van bien. Sonrío de manera involuntaria, es algo deberíais probar vosotros, el resto de máquinas.
No obstante, lo más bonito que he podido conocer hasta ahora no es esto. Aunque no os lo podais creer hay algo aun mejor, algo inigualable, imposible de superar; aun no he conseguido acercarme a una definición exacta que me ayude a explicarlo; aun no sé describir qué es lo que siento, cuando esa ‘cosa’ fluye dentro de mí. Su nombre quizás pueda resultar algo ridículo, pero es lo más bonito que he vivido nunca. Se llama AMOR, algo demasiado fácil y simple de pronunciar para la dificultad que supone describirlo. Quizás a vosotros, el resto de máquinas, os parezca algo ridículo esto que os explico, pero esto de ser humano parece que es algo realmente interesante...

miércoles, mayo 26, 2010

En el lienzo de un niño...



Conducía por el camino del olvido. No perdía la vista del horizonte, pero sin poder evitarlo, un ojo permanecía pendiente del mundo que quedaba tras mi espalda. Por la ventanilla del auto contemplaba los árboles presentes a cada lado de la estrecha y angosta calzada por donde circulaba, mientras que éstos dejaban sus hojas caer sobre mí. Era verano, pero el ambiente recordaba a cualquier tarde de otoño. El día, a media luz; las hojas cayendo y el tiempo variaba... Frío, calor, frío, calor... ¡Menuda indeterminación! Un caluroso día de verano, que quería ser otoño por momentos.

El día estaba loco, al igual que el tiempo y mi cabeza. Y a pesar de eso, de lo extraño, no podía dejar ni un solo segundo de contemplar la belleza del lugar. Un lugar único, desconocido, del que su existencia solo hubiera podido ser imaginada por la mente de un niño con lápices de colores, que trata de impregnar en su lienzo la emoción y la inocente sonrisa y dulzura de su niñez. Y, ahora, este lugar, vivo reflejo y transmisor de esos valores tan simples, se torna sobre mí para compartirlos y enseñarme que se puede ser adulto y maduro, se puede llorar y se puede dudar. Pero lo que nunca hay que perder es las ganas de luchar, de aprender, de emocionarse, de reir y de ser ese niño pequeño que dibujaba.

Por eso respiro y camino para olvidar. Para olvidar que hizo frío y recordar que, pronto, vendrá el calor y días para volver a recordar y, otros, para volver a olvidar.

martes, mayo 11, 2010

Y un millón de razones más para dar...



- Porque quiero.
- Porque puedo.
- Porque quiero contigo.
- Porque soy capaz.
- Porque me hice una promesa.
- Porque hice una promesa.
- Porque es un deseo.
- Porque es un sueño.
- Porque es una "necesidad".
- Porque es la necesidad de alcanzar.
- La necesidad de luchar.
- Necesidad de seguir y lograr.
- Porque es un objetivo.
- Porque da igual lo que digan.
- Porque yo, soy yo y mis circunstancias.
- Porque quiero ser feliz...

Y...

- Porque lo pasaremos genial.
- Porque quiero cocinar cantando a gritos.
- Porque quiero ver versión española acompañada.
- Porque también quiero gritar de emoción en el Mundial.
- Porque nos gusta el salmorejo.
- Porque limpiar los domingo será más divertido.
- Porque "quiero reir, quiero gritar, quiero sentir..."
- Porque no existirá mejor compañía.
- Porque... YEAH!
- Porque hay que ser serio, pero CARPE DIEM!
- Porque no tiene precio.
- Porque te quiero con locura...


Y no sigo porque no pararía...

martes, mayo 04, 2010

Insomnio

Suena el reloj, los segundos pasan y al otro lado de mi cama sigue habitando un gélido ente vacío, que no arropa, que no calma, que no duerme, ni deja descansar; que agoniza la espera del amanecer, que hace que la aguja de los segundos pese en mi interior...

Suenan mis latidos, estoy sola y siento miedo. Pero el vacío no calma, no me sirve de nada. Y sigo esperando sentirte...

Sigo esperando...

Suena el despertador, ya ha amanecido. Hoy es un nuevo día, pero nada ha cambiado, o mejor dicho, ya nada volverá a ser como antes. Porque sigo sola, esperando a que amanezca.
Porque ya hace tiempo que se hizo de noche...

Y sigo esperando, aunque haga frío...

lunes, abril 19, 2010

Con el tiempo, uno aprende - Jorge Luis Borges


Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender... Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende. Y aprende... y con cada día aprende. Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla. Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendes que disculpar lo hace cualquiera, pero perdonar es sólo de almas grandes. Con el tiempo comprendes que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes. Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene sentido. Pero desafortunadamente, sólo con el tiempo... Aprovecha tu tiempo.

domingo, abril 18, 2010

Basado en hechos reales...

"Pasamos aproximadamente 1 mes de nuestras vidas esperando en los semáforos" 


No es un dato áltamente relevante, lo único que pone en evidencia es la cantidad de tiempo que dejamos pasar a nuestro alrededor; que derrochamos; que echamos tontamente y lo amontonamos en el infinito saco de momentos olvidados. Son esos momentos que forman parte de la inconsciencia, a los que no damos importancia.
Si alguna vez tuviéramos que hacer inventario de ellos, muy probablemente nunca acabaríamos. Con total seguridad, sumarían mucho mas de 1 mes, incluso, me atrevería a decir que podríamos contar unos cuantos años de nuestras vidas transcurridos de forma inconsciente, aunque, también es cierto, que gran parte de esta suma es inevitable.

Otras veces administramos el tiempo de manera errónea, nos equivocamos al dedicar nuestro crono a diversas situaciones, emociones, sentimientos o, incluso, personas. Cuando nos hayamos inmersamente enzarzados con, o contra alguno de estos motivos, nos cuesta creer que las horas pasan y solemos entrar en un estado de inconsciencia, en el que las horas transcurren, sí, pero pesan. Es un estado parecido al momento de esperar en el semáforo. Pero, entre estos dos momentos, existe una abismal diferencia que estriba en que unos entran en el llamado "saco del olvido", y otros no, a pesar de nuestros intentos.
El tiempo pasa. No nos damos cuenta, pero hay cosas que nunca pueden olvidarse, ni borrarse.

Mientras estás en ese estado de vigilia, parece que vives todo como en tercera persona y, aunque te estén "pegando una ostia", parece que el dolor permanece inerte sobre tí. Como cuando abrigas tus manos con guantes y no puedes sentir del todo la yema de tus dedos.

De repente, llega el día en que despiertas de esa vigilia. El momento en el que despierta tu consciencia, miras hacia atrás y descubres que no fueron unas horas, ni unos días lo que dejaste pasar, sino muchos meses, muchos momentos, muchas cosas que pasaron sin querer, sin darte cuenta; pero que se han fosilizado en tí, y descubres que se han diluido en tu personalidad, que han modificado tu propio código de conducta y, que incluso, ahora mismo se encuentran condicionando tu día a día.
Entonces te haces unas cuantas preguntas estúpidas... ¿Cómo coño dejé pasar tanto tiempo? o... ¿Cómo cojones he llegado hasta aquí?


Pero el tiempo puede fraccionarse en infinitos trozos, y seguro que entre todos esos momentos transcurridos inconscientemente, existen muchas fracciones distintas que pueden ser muy buenas, muy malas o intermedias para ambos opuestos. Cuando empiezas a despertar, evidentemente, las malas o muy malas pesan sobre sus adversas, y te hundes en pensamientos negativos.
Pienso que es imprescindible ponderar estas fracciones temporales ya vividas, pero hacerlo de forma invertida es un verdadero error. Las cosas malas pesan y deben pesar, pero al fin y al cabo, deben terminar hundiéndose, dejando flotar y aflorar lo bueno, lo mejor. Lo correcto es ponderar con más valor las mejores fracciones, que, hablando (o escribiendo) de manera más entendible, se tratan de los mejores momentos.

De esta manera, le devuelves utilidad a ese tiempo de navegación sin rumbo. Dejas que sean ese sentimiento, situación, emoción o persona las que te llenen y marquen positivamente tu reloj, impidiendo que sean los malos recuerdos los que te gobiernen. Aprendes a administrar y valorar el tiempo, que deja de transcurrir en vano y comienza a correr a tu favor permitiéndote disfrutarlo, ayudándote a ser feliz.


Es entonces cuando aprendes a ser rico sin tener nada dinero.
 Y miras al reloj y de repente ayer fue hoy, y hoy es mañana...

jueves, abril 01, 2010

Viaje en paralelo...

Necesito tranquilizarme, respirar profundamente… Borrar de mi cabeza multitud de cosas innecesarias, absorber la tranquilidad que emana de esta plácida tarde de sol. La brisa del aire golpea lentamente en mi cara, el sonido de algún pájaro revoloteando por el alrededor se cuela en mi mente. El ritmo de mi respiración se coordina con el que la naturaleza va marcando de forma aleatoriamente perfecta, mi pecho se mueve en sintonía. Comienzo a respirar un olor distinto a mi alrededor, cada uno de mis sentidos cobra una mágica atención sobre mí. Adoro este momento. Estoy llegando al final del viaje…

Pero de manera espontánea, el carril por el que se deslizaba mi vagón hacia el ensueño, comienza a hacer un estridente sonido, las ruedas empiezan a chirriar derramando en mis oídos aire lleno de ruido, una sombra negra que no lleva más que desasosiego, desesperación y tristeza… Las ideas de calma explotan en mi cabeza, cual pompa de agua choca violentamente contra las manos de un niño pequeño. La tormenta borra al sol del cielo, inunda de nubes el paisaje… Los sentidos se tornan ariscos, mi nariz se entumece a causa de la falta de oxígeno, una tos ahogada domina mi cuerpo. El tren se para, no puede seguir, su combustible se ha agotado, y su rumbo se ha descarrilado. Ahora tiene que volver a encontrar la vía hacia un nuevo paisaje despejado, volver a encontrar una nueva fuente de energia, y esta vez que no contamine…

martes, marzo 02, 2010

El reflejo de una gota de agua

Y entonces, noté un cálido reflejo en su cara...

El agua de la lluvía recorría su rostro de una forma especial. Dibujaba delicadamente sus rasgos, de manera que parecía desnudarse su expresión. Su dulzura, se intuía en sus ojos, su semblante parecía delicado y admirable. De manera simbólica, la lluvia había lavado la suciedad y la solidez de su faz. Había eliminado la dureza y el basto escudo de acero que separaba la realidad de su ente interior y, ahora, sus sentidos permanecían desnudos ante mí.
Mi expresión se tornaba entre la sorpresa y la admiración. Pero ante todo, mi corazón latía ferozmente, dejándome claro a mi misma muchas cosas. Resonaba dentro de mí, tan fuerte, que una tímida sonrisa se me escapó acompañada de una pequeña lágrima que asomaba lentamente por uno de mis ojos.
Por suerte, pude disimular ya que mi cara también estaba llena de gotas, gotas de una magnífica tarde lluviosa como la que hoy contemplo desde mi ventana...

martes, febrero 23, 2010

Un inquilino que da la vida...


"Y cuando menos te lo esperas, abres los ojos y ves la vida venir..."

- ¿Qué quieres decir con eso?

Pues precisamente eso, que aun tengo mucho que decir...

- ¿Y por qué no empiezas a hablar ahora?

Porque aun no he sido capaz de verlo todo.

- ¿Y cuándo será el momento?

Cualquiera, eso da igual.

- Ya, pero... Me preocupo por tí.

No te preocupes, porque lo que tenga que suceder, ya sucederá. Limítate a sentir que estoy aquí, contigo. Y esto será igual desde ahora, hasta siempre. No seas impaciente, pues cada gota de desesperación caerá en un pozo sin fondo. Acuña tus sentimientos y haz de ellos una manta que te ayude a entrar en calor. Yo me aseguraré de que no pases frío.

Piensa que todo irá bien...

- Tengo miedo...

Y yo... Pero de una cosa estoy segura, y es que hay una fuerza superior a eso. ¿Sabes cual es?

- Sí, creo que se de que estás hablando...

Nunca pierdas esa manta...

viernes, febrero 19, 2010

¿Por qué me quieres?


....
- ¿Cómo?
- ...¿Por qué me quieres?
....
....
....
- Porque cuando atraviesas un paso de cebra parece que le haces el amor a la calle entera... Y también porque al despertarte por la mañana hueles a cruasán caliente...
- ¿? ... Pfff
- O... eso creo...
- Ja, ja, ja... ¿De dónde sacas eso?
- ¿¡Cómo!? ¿¿Te burlas??
- No... ¡Es encantador! Pero... en serio... ¿Por qué me quieres?
- Pero bueno.. ¡Mira qué pregunta tan tonta! "¿Por qué me quieres?"... ¡Ni que estuviéramos en "Mujercitas"!...
- ¡Vaya! ¡Mi guapo guerrero insensible se ha puesto su coraza!... Si lo prefieres... Entonces, ¿Por qué estás conmigo?
- Uff... Bueno... Porque me siento bien contigo...
- ¿Y?
- ¿Y?
- ... Porque me haces reir... Y también me respetas y no me das el coñazo... Porque me estimulas... Tienes espíritu... Eres honesta... Porque me gustan tus ojos... Tu culo, tocar la parte inferior de tu cara y tu nuca, el sabor de tu piel, tu vientre, tus manos ásperas, la inclinación de tus cejas...
Porque eres la única persona con la que no estoy jugando... Porque eres cerda e impúdica... Fuerte y frágil... Porque te planteas las preguntas acertadas... Me haces soñar con un mundo ideal... Me das la impresión de ser buena gente... Y... Porque, al contrario de lo que crees, de todas las personas que conozco, eres la mejor dotada para la vida...


(Fragmento de "Píldoras Azules", sin duda una buena elección para leer.)

domingo, febrero 14, 2010

"Mi Mito de la Caverna"

CURIOSAS ANALOGÍAS

La verdad, siempre me ha encantado filosofear. Desde pequeña siempre me ha gustado darle la vuelta todo, pensar en todas las razonas que llevan a suceder ciertas cosas, e intentar comprenderlas. Este afán mio, lo comparo a un "cubo de Rubik", en el que necesitas conocer todas las caras del rompecabezas para lograr resolverlo. Ante un mismo suceso, las percepciones pueden ser muy distintas, el cubo puede tener piezas iguales, pero de distinto color, y aunque todas se diferencian en algo, todas existen y están ahí por algo. Todas tienen su razón para existir. En un cubo de rubik, puedes empezar a armar el lado amarillo (por ejemplo), tras completarlo, probablemente pasarás a identificarte y a querer a este color por ser simplemente el primero que supiste entender. Pero, por mucha importancia que le des a éste, deberás tener en cuenta que para concluir el juego, deberás conocer y enfrentarte a los cinco colores restantes.

 Pues bien, en la vida, ante los hechos, hay muchas maneras de reaccionar, muchas formas de percibir las cosas, de verlas, de entenderlas y de razonarlas. Cada persona será capaz de ver o no las cosas de una manera, o de muchas. Cada individuo poseerá la determinación de decantarse ante la preferencia de un color u otro. No obstante, jamás hay que negarse al error. Igual para conseguir completar ese famoso cubo, la mejor manera sería empezar por el color azul y no por el amarillo. No hay que resignarse pensando que el error es algo sin solución, sino que hay que tener la fuerza para afrontarlo, deshacer lo hecho, y volver a empezar.
Hay veces en la vida, en las que tomas decisiones equivocadas, porque fuiste incapaz de ver la realidad tal y como era; igual por tener los ojos tapados, o por no dejar que la simple conjetura pasara a ser un argumento con más valor razonal. No obstante, siempre hay que tener el valor de deshacer el camino y volver a avanzar paso a paso, detalladamente, sin dejar soltar ninguna deliberación apresurada y meditándolo todo.
La única manera de conocer la auténtica realidad de un hecho, es viendo todos sus posibles porqués, conociendo el motivo de las distintas opiniones de cada uno, cuando ese hecho afecta a varias personas, y de esta manera, llegar a comprender la razón por la cual todo ha llegado a ocurrir y por qué cada persona actuó o pensó tal y como lo hizo.

Esto, teóricamente está muy bien. El problema surge cuando ante una misma situación, varias personas se vuelven intolerantes, innaccesibles y treméndamente irracionales. Una de las peores luchas es contra la ignorancia, puesto que ésta no entiende de razonamiento, de rectificación, de diálogo ni de paz. Aparentemente, podrá resultar ser ésta la parte vencedora, por el simple hecho de mostrar mayor agresividad y dar dolorosos golpes. Pero la auténtica victoria, estará siempre de parte de la sabiduría, porque ella es la única que te mostrará la verdad de todas las cosas, que te llevará por el mejor de todos los caminos, y la que te ayudará a conocer a la mejor de las personas. En cambio la ignorancia, tiene un camino que no llega a otra parte, sino a la autodestrucción como persona, la eliminación de valores morales y éticos, y, en definitiva, al empobrecimiento.

Si os soy sincera, nunca conseguí terminar un cubo de rubik. Pero nunca dejaré de intentarlo y tengo muy claro cuál es el camino que debo y quiero seguir.

martes, febrero 02, 2010

Formas de ver las cosas

Siempre habrá gente con la que llorarás, otras con las que reirás, algunas menos con las que llorarás de alegría y de tristeza; de emoción y de nostalgia. Tendrás personas a las que siempre recordarás, otras a las que ya probablemente hayas olvidado, o quizás no reconozcas por la calle. Te cruzarás con gente que te salude; otras, que sin embargo, te darán la espalda para no hacerlo. Siempre habrá alguien para todo.

Siempre serás capaz de perdonar a quien te enfadó, de enfadar a quien ya te había perdonado... Sonreir con quien nunca lo habías hecho, y amar a esa persona que nunca te cayó en gracia.

Porque el amor, la amistad, el perdón y el olvido nunca tienen límites ni porqués. Son entes irracionales que nos rodean diariamente, que nos intoxican, nos abrigan, que nos enriquecen y que, en definitiva, nos hacen ser como somos. Por lo tanto, nunca podemos considerarnos expertos en el manejo y control de todos ellos, siempre hay que elegir el mejor camino cuando las opciones podrían ser infinitas, pero nunca perfectas. Con lo cual, jamás podremos ser el mejor amante, el mejor amigo, el que mejor perdona y el que más olvida. Y pocos serán los que realmente te conozcan y sepan realmente hasta dónde eres capaz de llegar en esos cuatro aspectos.


A pesar de todo, cada uno tiene su propio criterio para actuar y vivir, y la vida da mucho de sí. Por ello, nunca me faltará esa persona a la que siempre querré; a quien nunca podré olvidar; a quien siempre necesitaré; por la que siempre me desviviré; personas a las que sorprenderé y me sorprenderán.
Pero sobretodo, en la otra cara de la moneda, siempre tendré a gente con la que reí; con quien lloré; con quien lo pasé genial; con la que me hizo enfadar; a la que decepcioné y me decepcionó; a quienes quedaron en el olvido; a quienes se olvidaron de mí...

martes, enero 19, 2010

Momentos de delirio

Anoche estuve conmigo misma...

Me desperté en un sueño en el que mi persona se dividía en dos. Una parte, segura de sí misma, propuesta a lanzarse al mundo y darse a conocer, dispuesta a tomar la iniciativa de muchas cosas buenas. Quería ser alguien más que un simple rostro. Quería alimentarse de sabiduría, de retos, de objetivos y de esperanzas. Pero lo que es más importante, esa parte de mí misma quería alcanzar esas metas, estaba dispuesta a hacer todo lo que fuera necesario. Quería triunfar, y estaba segura de que lo haría. El esfuerzo, el trabajo, la fé en sí misma y la constancia, eran sus herramientas más fuertes y eficaces; la clave del éxito.

La otra parte de mí misma, era una completa aberración. Una vergüenza. No merecía ni si quiera existir. No hablaba, no sabía caminar, no sentía, no pensaba...
Solo era un trozo de carne y hueso que existía por mera casualidad. Su color de piel, su pelo y sus ojos eran apagados, se mostraba realmente perdida, aturdida, sin saber a dónde ir y sin saber qué hacer. Más que una persona, parecía un ratón encerrado en una jaula esperando a que alguien viniera a preocuparse por él, ponerle la comida, y con mucha suerte, quizás liberarle de aquella prisión y regalarle la libertad. Esperaba ansiosamente a esa persona, porque sabía que ella misma era incapaz de hacerlo. Envidiaba a mi otra parte, codiciaba su fuerza de voluntad, su capacidad de superación y su iniciatiba para plantearse y lograr sus objetivos. En el fondo, deseaba ser así, pero no sabía cómo lograrlo. Seguía perdida y cegada ante el espejismo de su prójima semejanza.

Por suerte, en ese instante alguien golpeó a la puerta de mi habitación. Conseguí despertar, pero ahí estaba yo, solo yo.