martes, enero 22, 2008

Nada

La ciudad está en llamas. Esta noche puede ser la última noche. Cada día que pasa estoy un poco más lejos de aquí. Un poco más fuera de juego. Tan solo quería disfrutar los últimos tragos. Beber un poco. Besarte. Hacerte reir. Escucharte llamarme loco constantemente. Avanzar por las calles apurando la madrugada. El tiempo se agota. Un disco de Pink Floyd se atasca en el reproductor. The Wall. El muro que hay entre tú y yo. El muro que impedirá mi regreso. Ese regreso que no se producirá nunca. Nunca es demasiado tiempo. El tiempo se agota, creo que lo dije antes. Luego yo me iré y es posible que no volvamos a vernos nunca más. El mundo es demasiado grande como para seguir alimentando el fuego. Al principio un par de sms, con el tiempo nada. Vacío. Mirarás atrás y me echarás de menos. Observaré fijamente la tele y me lamentaré. Al principio preguntas. Después: nada. Nada. Nada. Tan solo quería besarte. Salir de la ciudad en llamas antes de que todo sea ceniza. Besarte y sonreir. Besarte y sonreir. Después: nada. Nada. Nada.

Nada.

domingo, enero 20, 2008

¿Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas?

Fantaseabas sobre como sería tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas; por la noche te echabas en la cama, cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. Santa Claus, el Ratoncito Pérez, el príncipe azul estaban tan cerca que los saboreabas; pero vas creciendo, y un día abres los ojos, y los cuentos de hadas han volado.

La mayoría de la gente acude a aquellos en quienes confía.

La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan; a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad.

Cuando el día llega a su fin, la fe es un misterio, aparece cuando menos te lo esperas.Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son exactamente como habías soñado.El castillo, puede que no sea un castillo; no es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento.

A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa; de vez en cuando, la gente te deja sin respiración.

miércoles, enero 16, 2008

Con Ñ de España, coÑo!

Aqui os dejo una carta que leyeron en directo en el programa de Luis del Olmo, desde luego, que no tiene desperdicio...


“Desde que las insignias se llaman pins, los maricones gays, las comidas frías lunchs, y los repartos de cine castings, este país no es el mismo: ahora es mucho, muchísimo más moderno.

Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros, tan ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware.

Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero, tonta de mí, creía que hacía gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor. Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap…

Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino feelings.

Sacamos tickets, compramos compacs, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el raffting, en lugar de acampar hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con kleenex.

Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino pantys y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el tónico.

El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra un parking.

El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking y el representante, el manager. Los importantes son vips, los auriculares, walkman; los puestos de venta, stands; los ejecutivos, yuppies; las niñeras, baby-sitters y hasta nannies, cuando el hablante moderno es, además, un pijo irredento.

En la oficina, el jefe está siempre en meetings o brain storms, casi siempre con la public-relations, mientras la assistant envía mailings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yoghourt light y el body-fitness.

El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se hartan a bitter y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la carne.

Ustedes, sin ir más lejos, trabajan en un magazine, no en un programa. En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto, como saben ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene carnaza y si es reality parece el difunto diario El Caso, pero en moderno.

Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping.

Estas cosas enriquecen mucho.

Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos en otros tiempos, solo nos queda decir con acento americano la única palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra “SIESTA.”

Espero que os haya gustado… yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los …”