Mas allá de la rutina, del agobio, de las prisas y del todo recargado, aun existe muy cerca de nosotros, un lugar dibujado por la simplicidad de la calma, del silencio, . Bañado de naturalidad y perfección. Ajeno a todo lo que se mueve movido por otros, lleno de matices únicos que hacen sentir especial a todo aquel que se atreva a ser testigo de semejante escenario.
Un lugar en el que se respira el sonido del mar y se saborea la luz que cae desde el cielo... Como digo, un lugar perfecto, donde los fanáticos de los sentidos, podemos tener el placer de disfrutar.
Un segundo en tu memoria, una eternidad en el olvido, un momento en el paraiso terrenal. Una tarde a solas contigo...
