jueves, octubre 29, 2009

Un Nuevo Orden....

La locura es otra forma de racionalizar el mundo, en un orden distinto. Un esquema mucho más complejo, inexplicable, una forma alternativa de pensamiento, otro tipo de “razón”. Un orden quebrantable y volátil, lleno de reglas aleatorias y dispares.

El camino por donde se pierden las penas, donde las emociones se viven de manera intensa, donde un grito es el suspiro que alienta a la perfección. Allí las alegrías bailan al son de un ritmo sinsentido. Un lugar, donde el olvido se adueña de nosotros y la energía fluye entre todos.

No existe el mal, simplemente una forma distinta de ver las cosas...

Una forma adictiva de vivir

sábado, octubre 24, 2009

...

Un segundo lleno de tensión, nuestras miradas se callan, nuestras bocas se evitan. Nuestras cabezas intentan evadir la atención de ese ojo de huracán que en ese instante se crea y gira en torno a los dos. Ninguno quiere volver al tema, pero nuestas voces se escuchan desde el aire. Una tormenta de cosas sin decir cae sobre la mesa que nos separa.

Tus ojos se enrojecen, los míos se inundan. Dichoso el impulso que me lleva a besar tus labios temblorosos, llenos de emoción...

En un segundo, el silencio te grita lo que yo no me atrevo a decirte...

Te quiero... pero tengo que irme.

Adiós.

viernes, octubre 23, 2009

Ahora...

Aprender a olvidar y a dejarme llevar... Es hasta ahora, el mayor reto que se me había presentado nunca.

Toda mi vida he tratado de tener las cosas claras, de aborrecer el pasado, vivir siempre en el presente y con un paso hacia el futuro. Toda mi vida he luchado contra los fantasmas del ayer, los grandes tormentos de mi cabeza.
Trato de convertir cada segundo que vivo en una gran experiencia que me ayude a aprender; que me sirva para saber levantarme en cada momento, y para ser fuerte, muy fuerte ante cualquier debilidad que se me presente. Siempre he intentado absorber cada cosa que me pasa y sacar el máximo provecho de ello.

Es por eso, que sin darme cuenta, he alimentado un gran miedo, un monstruo en mi interior. Se llama pánico, y tengo pánico a caer en los mismos errores y volver a sufrir por aquellas cosas, de las cuales me costaron horrores deshacerme. Tengo miedo a caer y reiterarme en esos errores, y más aun, a reincidir de manera fortuita en situaciones mellizas, paralelas. Esos famos "deja-vus", que no me dejan otra cosa que largos días de tristeza, dándole vueltas a la vida y preguntandome los por qués de todo.

Yo, ultradefensora del "carpe diem", me encuentro ante un muro tapado, que no me deja ver la luz, que no me deja abrirme al mundo. Me impide salir y cruzarme con la gente, conocer y dejar que me conozcan. Huyo del compromiso, del amor, del cariño, del afecto... Pero a la misma vez, lo necesito. No quiero huir, y al mismo tiempo nunca dejo de correr, de soñar que puedo volar y viajar a un mundo lejano (o una ciudad) en la que empezar de cero, y vivir sin que el pasado me rodee, y sin que sus consecuencias me hagan tropezar.

Necesito aprender a olvidar por completo; recordar cómo dejarme llevar por lo que mi cuerpo me pida, y dar un respiro a mi cabeza.

Ojalá existiera un botón de "Reinicio". Durante esta semana, lo hubera pulsado unas cuantas veces.

lunes, octubre 05, 2009

10 Minutos en el paraiso

Duermo entre suaves sábanas blancas, un cómodo colchón y en una habitación congelada. Prácticamente sin nada de ropa, voy encogiendo mi cuerpo cada vez más e intento unir a mi piel la fina colcha que me tapa para evitar el frío.
El silencio es total, aunque de vez en cuando queda interrumpido por unos pasos que se oyen desde fuera de la habitación; solo escucho mi respiración, lenta, pausada y relajada, que va alternando con la de mi compañera, al son de un mismo ritmo.

No es el hotel Hilton, ni tampoco estoy acostada sobre el suelo, pero siento que estoy en el paraiso. Tengo la sensación de no saber dónde estoy, aun mantengo los ojos cerrados, pero soy consciente de que una inmensa sonrisa inunda mi cara. Si la felicidad tuviera olor, sabor, imagen o sonido definido; ahora mismo podría afirmar que estoy inmersa en ella.

Por fín estoy aquí, después de tanto tiempo.