viernes, octubre 23, 2009

Ahora...

Aprender a olvidar y a dejarme llevar... Es hasta ahora, el mayor reto que se me había presentado nunca.

Toda mi vida he tratado de tener las cosas claras, de aborrecer el pasado, vivir siempre en el presente y con un paso hacia el futuro. Toda mi vida he luchado contra los fantasmas del ayer, los grandes tormentos de mi cabeza.
Trato de convertir cada segundo que vivo en una gran experiencia que me ayude a aprender; que me sirva para saber levantarme en cada momento, y para ser fuerte, muy fuerte ante cualquier debilidad que se me presente. Siempre he intentado absorber cada cosa que me pasa y sacar el máximo provecho de ello.

Es por eso, que sin darme cuenta, he alimentado un gran miedo, un monstruo en mi interior. Se llama pánico, y tengo pánico a caer en los mismos errores y volver a sufrir por aquellas cosas, de las cuales me costaron horrores deshacerme. Tengo miedo a caer y reiterarme en esos errores, y más aun, a reincidir de manera fortuita en situaciones mellizas, paralelas. Esos famos "deja-vus", que no me dejan otra cosa que largos días de tristeza, dándole vueltas a la vida y preguntandome los por qués de todo.

Yo, ultradefensora del "carpe diem", me encuentro ante un muro tapado, que no me deja ver la luz, que no me deja abrirme al mundo. Me impide salir y cruzarme con la gente, conocer y dejar que me conozcan. Huyo del compromiso, del amor, del cariño, del afecto... Pero a la misma vez, lo necesito. No quiero huir, y al mismo tiempo nunca dejo de correr, de soñar que puedo volar y viajar a un mundo lejano (o una ciudad) en la que empezar de cero, y vivir sin que el pasado me rodee, y sin que sus consecuencias me hagan tropezar.

Necesito aprender a olvidar por completo; recordar cómo dejarme llevar por lo que mi cuerpo me pida, y dar un respiro a mi cabeza.

Ojalá existiera un botón de "Reinicio". Durante esta semana, lo hubera pulsado unas cuantas veces.

No hay comentarios: