miércoles, diciembre 31, 2008

Relato

Se estremece con el viento como la hoja de un árbol que se muere, dejo que oiga mis pasos... Se queda rígida un instante...

- ¿Quieres un cigarrillo?
- Claro, gracias... ¿Te aburren tanto como a mi?
- No he venido a
divertirme, he venido por tí. Llevo días observandote. Eres muy deseable. No es tu rostro ni tu fisico, ni tu voz. Son tus ojos. Las cosas que veo en tus ojos.
-¿Y que v
es en mis ojos?
- Una serenidad salvaje. No quieres huir, afrontarás lo que tienes que afrontar, pero no quieres hacerlo
sola.
- No, no quiero hacerlo yo sola.


El viento se elevaba electrizante. Ella es dulce y cálida, casi hetérea. Su perfume es una dulce promesa que hace aparecer lágrimas en mis ojos. Le digo que no se preocupe, que la salvaré de todo cuanto le asuste. Y que la llevaré muy lejos. Le digo que la quiero...

........


El silenciador hace del disparo un susurro, y la abrazo hasta que se desvanece. Ya nunca sabré de qué huía. Cobraré el cheque por la mañana

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