domingo, enero 20, 2008

¿Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas?

Fantaseabas sobre como sería tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas; por la noche te echabas en la cama, cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. Santa Claus, el Ratoncito Pérez, el príncipe azul estaban tan cerca que los saboreabas; pero vas creciendo, y un día abres los ojos, y los cuentos de hadas han volado.

La mayoría de la gente acude a aquellos en quienes confía.

La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan; a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad.

Cuando el día llega a su fin, la fe es un misterio, aparece cuando menos te lo esperas.Es como si un día te dieras cuenta de que los cuentos no son exactamente como habías soñado.El castillo, puede que no sea un castillo; no es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento.

A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa; de vez en cuando, la gente te deja sin respiración.

No hay comentarios: